Mientras termina de delinear las características del sistema de registro de las importaciones que reemplazará el SIRA, impuesto por la gestión de Sergio Massa al frente del Palacio de Hacienda, la Secretaría de Comercio prepara para los próximos días creación de un registro que tendrá la finalidad de conocer a ciencia cierta cuánto es efectivamente la deuda comercial de los importadores y cuáles son las empresas afectadas. Las cifras que manejan en la UIA, tomadas de la base del relevamiento del Banco Central, indican que los pasivos ascienden a USD 50.000 millones, pero el equipo económico quiere conocer la cifra total con exactitud y el monto por empresa, ya que cree que hay mucha deuda que ya fue pagada.
Con esa información, el Gobierno podrá tomar determinadas decisiones que están en estudio y que apuntan a flexibilizar las condiciones de pago de parte de esa deuda a las pequeñas y medianas empresas, las más perjudicadas frente a la imposibilidad de pagar por la escasez de divisas. El flamante equipo que conduce Luis Caputo no sólo comunicó que ofrecerá un bono en dólares (Bopreal), con opción de rescate anticipado, para que las empresas puedan pagar su deuda con el exterior -que no termina de convencer al sector privado-, sino que tampoco el pago del flujo de las importaciones será inmediato.